Hmmm...
Quisiera escribir un poema o quizá un soneto. No sé, tal vez algo con métrica perfecta y todas esas cosas que un poeta sabe hacer y teóricamente que un escritor también.
Pero hoy, no puedo.
Hoy, como casi todos los días, la vida me ha enseñado que no se puede tener todo porque cuando crees que te va a ir bien, en realidad es tu mente la que se propone hacerte creer esas cosas.
Así que bueno...hablemos de mis sentimientos.
No estoy muy segura qué es lo que siento, vamos, no estoy segura ni siquiera de sentir algo. Algunas veces las personas te pegan en donde eres frágil y se agradecería que no lo hicieran, lamentablemente, las personas no piensan.
Digamos que cuando a personas como yo, les pasan cosas como las que me pasan a mi, simplemente creen que la vida tiene algo muy duro que cobrarles, ese es mi caso.
Yo estaba segura, muy segura, de haber pagado ya todas mis deudas de karma, aunque al parecer nunca es suficiente, me gusta pensar en que hay un límite de malas rachas pero la mía ha durado años, años, añooooos! no sé cuando va a parar y no sé sí sólo soy yo, sé que a todos nos puede ir mal pero creo que conmigo el karma ya se ha enseñado demasiado, estoy cansada, muy cansada.
Desearía que todo a mi alrededor colapsara y sólo quedara yo, así al menos sé que estaría más feliz, más tranquila.
A veces, deseo tanto una cosa que lo echo a perder, no sé como lo hago, ni sé tampoco sí es al propósito, de lo que estoy segura es que en los últimos tres años, lo que sea que me proponga se va a la mierda, por más que trato de hacer las cosas bien y...
SOY YO? de verdad? qué tengo? qué me hace falta? qué me sobra? QUÉ? hay algo más que pagar? en dónde se quedó mi felicidad? con quién? en que cama o en qué par de piernas? Esta vez quería ser feliz, sentía que era el momento indicado y la persona adecuada pero de nuevo por razones que aún no alcanzo a entender, se jodió. ¿Qué salió mal? ¿Qué falló? No puedo parar de preguntarme por qué, siento que soy yo, sin duda. No es casualidad que todo me salga mal, y no es que en realidad yo me ponga en una actitud negativa, es la realidad.
No entiendo que pasa y mucho menos entiendo cuando es que se va a terminar esta mala racha, estoy harta, sólo quiero vivir pero estoy cansada...
miércoles, 25 de septiembre de 2013
domingo, 22 de septiembre de 2013
C'mere
Es probablemente la cosa más patética que he escrito en años, la cosa más sin sentido.
3 años... y la cuenta sigue avanzando.
Debería quizá dejar que el reloj siguiera su interminable paso por la vida, pero, en momentos como éste, no es tan fácil.
Tampoco es tan fácil escribir a alguien que no pertenece a mi vida, a alguien que ha quedado en el pasado desde hace mucho tiempo, es sólo que en días como hoy, las heridas se exponen. No sé en que momento me dejó de doler o lo deje de sentir, en que momento decidí avanzar. No sé, no puedo recordarlo, eramos polos opuestos que, aunque se atraían, se tenían una inmensa aversión el uno del otro; quisimos que fuera diferente, sin embargo, no lo logramos.
Han pasado tres años y es probable que no sienta nada por esa persona, aunque ha empezado a ser un poco difícil desprenderme de él.
Querer empezar un libro completamente nuevo y diferente, trae consigo ciertos miedos, ciertas dudas y ciertas ganas de no dejar ir el pasado, que como muchas veces se dice, está detrás de nosotros, son cosas que nunca van a regresar y es mejor que se queden donde están. Lo cierto, es que no es tan fácil agarrar tu valija llena de temores y echártelas al hombro para seguir adelante con tu vida, esperar a que no estorben y puedas dejar fluir todos los sentimientos que llevas dentro, no es fácil porque la maleta es un constante recordatorio de todo lo que has vivido.
No puedes borrar tu pasado y tampoco puedes evitar el futuro, no puedes cerrarte a la posibilidad de volver a sentir mariposas en el estómago, ansias, emoción y por qué no? quizá hasta amor. El hecho de que esa persona me lastimara tanto, no quiere decir que tengo que seguir tres años más en un libro de recuerdos, quiere decir, que es momento de guardar ese libro en la valija, junto con todos esos miedos que me dejó, para entonces, poder escribir un libro nuevo, poder volver a sentir mariposas en el estómago y por qué no? hasta amor... No quiere decir que mañana mismo encontraré lo que estoy buscando, no. Quiere decir, que al fin después de tres años, me daré la oportunidad de encontrar un personaje nuevo que ocupe el protagonismo en mi próximo libro, porque la vida, es sólo un lugar, un momento lleno de encuentros y desencuentros que no podemos evitar.
3 años... y la cuenta sigue avanzando.
Debería quizá dejar que el reloj siguiera su interminable paso por la vida, pero, en momentos como éste, no es tan fácil.
Tampoco es tan fácil escribir a alguien que no pertenece a mi vida, a alguien que ha quedado en el pasado desde hace mucho tiempo, es sólo que en días como hoy, las heridas se exponen. No sé en que momento me dejó de doler o lo deje de sentir, en que momento decidí avanzar. No sé, no puedo recordarlo, eramos polos opuestos que, aunque se atraían, se tenían una inmensa aversión el uno del otro; quisimos que fuera diferente, sin embargo, no lo logramos.
Han pasado tres años y es probable que no sienta nada por esa persona, aunque ha empezado a ser un poco difícil desprenderme de él.
Querer empezar un libro completamente nuevo y diferente, trae consigo ciertos miedos, ciertas dudas y ciertas ganas de no dejar ir el pasado, que como muchas veces se dice, está detrás de nosotros, son cosas que nunca van a regresar y es mejor que se queden donde están. Lo cierto, es que no es tan fácil agarrar tu valija llena de temores y echártelas al hombro para seguir adelante con tu vida, esperar a que no estorben y puedas dejar fluir todos los sentimientos que llevas dentro, no es fácil porque la maleta es un constante recordatorio de todo lo que has vivido.
No puedes borrar tu pasado y tampoco puedes evitar el futuro, no puedes cerrarte a la posibilidad de volver a sentir mariposas en el estómago, ansias, emoción y por qué no? quizá hasta amor. El hecho de que esa persona me lastimara tanto, no quiere decir que tengo que seguir tres años más en un libro de recuerdos, quiere decir, que es momento de guardar ese libro en la valija, junto con todos esos miedos que me dejó, para entonces, poder escribir un libro nuevo, poder volver a sentir mariposas en el estómago y por qué no? hasta amor... No quiere decir que mañana mismo encontraré lo que estoy buscando, no. Quiere decir, que al fin después de tres años, me daré la oportunidad de encontrar un personaje nuevo que ocupe el protagonismo en mi próximo libro, porque la vida, es sólo un lugar, un momento lleno de encuentros y desencuentros que no podemos evitar.
viernes, 13 de septiembre de 2013
Demons
Tengo miedo.
Estoy fría y sola.
No quiero respirar, no quiero mirarte.
Tengo miedo de que me rechaces.
Mis demonios me invaden.
Tengo miedo.
Mi corazón late con fuerza.
Mis fuerzas se diezman.
Tu aliento se aleja.
Tengo miedo.
No quiero despertar.
Sólo quiero pensar.
No te vayas.
Tengo miedo.
martes, 10 de septiembre de 2013
Amargo sabor matutino.
No quiero que me sueltes.
Necesito que me sostengas.
Que tus manos, tu piel y tus letras, me embriaguen.
Y tus dedos me arañen.
Que tu boca y la mía sean una sola.
poema en prosa.
Que seas el autor de mis deseos.
Tenue luz filtrada entre mis silencios.
Que seas el verso irrompible de una décima perfecta.
Se mi amargo matutino.
Ese agridulce color de mis noches.
Amarillo por las tardes y rojo en las madrugadas.
Se eterno, sereno, incorruptible.
Se tu y seamos juntos.
lunes, 9 de septiembre de 2013
58kg.
Soy 58kg. de depresiones, cigarrillos nocturnos e insomnio.
Soy huesos, músculos y sangre.
Soy dolor, pena y acidez, a veces también soy versos sin rima, prosa sin forma.
Soy dolores de cabeza y malos pensamientos.
Soy malas palabras y sueños de invierno.
Soy colores oscuros y oscuros secretos.
Soy malos ejemplos y cara bonita.
Soy café matutino y tres días sin comer.
Soy coca-cola y lipstick también.
Soy jeans rotos y converse fuera de moda.
Soy libros, música y poca historia.
Soy anhelos y olvidos, pesadez y sombras.
Soy muchos descuidos y acciones muy pocas.
Soy cobarde, fría y muy ruidosa.
Soy pocas sonrisas y mala persona.
Y no, no pienses que así soy, porque ciertas veces soy peor.
Soy huesos, músculos y sangre.
Soy dolor, pena y acidez, a veces también soy versos sin rima, prosa sin forma.
Soy dolores de cabeza y malos pensamientos.
Soy malas palabras y sueños de invierno.
Soy colores oscuros y oscuros secretos.
Soy malos ejemplos y cara bonita.
Soy café matutino y tres días sin comer.
Soy coca-cola y lipstick también.
Soy jeans rotos y converse fuera de moda.
Soy libros, música y poca historia.
Soy anhelos y olvidos, pesadez y sombras.
Soy muchos descuidos y acciones muy pocas.
Soy cobarde, fría y muy ruidosa.
Soy pocas sonrisas y mala persona.
Y no, no pienses que así soy, porque ciertas veces soy peor.
domingo, 1 de septiembre de 2013
We share the same sun
No puedo recordar cuando fue la última vez que esta sensación llego a mi, pero sé que pude mantenerla a raya.
La última vez yo era todo una experta en los asuntos de las relaciones humanas; hoy no lo soy más. Podría decir que estoy asustada y me siento como una vieja tratando de conquistar a un niño.
Lo cierto es...no soy una vieja y no tiene tanto tiempo que no me relaciono con alguien, creo, sólo estoy un poco asustada.
En mí vida, han sucedido tantas cosas como conflictos en el mundo; tantas catástrofes como árboles caídos y tantos desamores como humanos muertos. No me lamento de nada de lo anterior, pues han sido experiencias ciertamente reconfortantes.
Sin embargo, en esta búsqueda de encuentros y desencuentros, por estos días me he topado con algo inesperado. Bien dicen que: Las mejores cosas se hacen esperar, y supongo, esto no me lo esperaba.
Tratar de describir la oleada de sensaciones prácticamente olvidadas, sería como tratar de describir un terremoto en Marte, así que sin darle más vueltas al asunto estoy en medio de algo turbulento, algo desprevenido y desconocido; no tiene solución y no sé pararlo, probablemente sea porque estoy un poco oxidada en el asunto o es quizá que mi subconsciente no quiere detenerlo. Pero yo sí, estoy la etapa de no saber sí esto es lo que espera o sólo es la necesidad de llenar un espacio vacío.
No sé...de lo único que estoy segura es: Compartimos el mismo sol.
miércoles, 26 de junio de 2013
Falling away with you
Y lo desperdiciamos todo, dejamos ir todo lo que eramos.
No sé si valga la pena arrepentirse, no sé que tan bueno o malo sea ver de lejos el fondo.
Ya no puedo sentirme mal por lo que hay alrededor, no puedo sentir la culpa en mis manos de todos esos momentos que acabaron con mi felicidad, no puedo sentirlos.
No puedo volver caer, ahora tengo de quien sostenerme.
En algún momento supe lo que era tocar el fondo y lo que hay debajo de él, supe lo que fue llorar sangre y agua, supe que si no encuentras salida eres un perdedor.
No volveré a cometer los mismos errores, no volveré a sentirme menos de lo que fui. No soy esa persona, esa persona cayó, profundo, lejos e inexplicablemente se murió en el fondo, en la miseria.
Los recuerdos que quedan están guardados en lo más oscuro y recóndito de mi alma, de ese ser maldito que pedía a gritos la muerte.
No hay buenos momentos, ni buenas intenciones, solo el dolor abarca esa época, la oscuridad opaca todo, ese abrumador dolor de los extensos días, pesadillas y polvo. Debería dejarlo ir, pero en noches de absurda soledad, los monstruos debajo de la cama salen para agitar aquellos momentos en los que la luz había perdido el sentido.
He dejado todo lo que fui, lo he olvidado. El estómago vacío y las manos frías también, los huesos marcados y la garganta destrozada, son cosas a las que no quiero volver, aunque la voluntad es débil y no entiende de razones, no negocia contigo, te acaba. Te consume de pies a cabeza, te consume la cabeza, no puedes pensar y eso, eso es lo único que me ata al pasado, a los monstruos de pesadilla, es lo único que me ata conmigo y no quiero porque ya no quiero caer más contigo.
No sé si valga la pena arrepentirse, no sé que tan bueno o malo sea ver de lejos el fondo.
Ya no puedo sentirme mal por lo que hay alrededor, no puedo sentir la culpa en mis manos de todos esos momentos que acabaron con mi felicidad, no puedo sentirlos.
No puedo volver caer, ahora tengo de quien sostenerme.
En algún momento supe lo que era tocar el fondo y lo que hay debajo de él, supe lo que fue llorar sangre y agua, supe que si no encuentras salida eres un perdedor.
No volveré a cometer los mismos errores, no volveré a sentirme menos de lo que fui. No soy esa persona, esa persona cayó, profundo, lejos e inexplicablemente se murió en el fondo, en la miseria.
Los recuerdos que quedan están guardados en lo más oscuro y recóndito de mi alma, de ese ser maldito que pedía a gritos la muerte.
No hay buenos momentos, ni buenas intenciones, solo el dolor abarca esa época, la oscuridad opaca todo, ese abrumador dolor de los extensos días, pesadillas y polvo. Debería dejarlo ir, pero en noches de absurda soledad, los monstruos debajo de la cama salen para agitar aquellos momentos en los que la luz había perdido el sentido.
He dejado todo lo que fui, lo he olvidado. El estómago vacío y las manos frías también, los huesos marcados y la garganta destrozada, son cosas a las que no quiero volver, aunque la voluntad es débil y no entiende de razones, no negocia contigo, te acaba. Te consume de pies a cabeza, te consume la cabeza, no puedes pensar y eso, eso es lo único que me ata al pasado, a los monstruos de pesadilla, es lo único que me ata conmigo y no quiero porque ya no quiero caer más contigo.
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