miércoles, 4 de marzo de 2015

I see all the pieces in my life

"Like lullabies you are forever in my mind" Yuna
Te escribo a ti, primer  y único amor, porque no tengo forma de sacarte de mi cabeza. Aunque no fuiste mío, ni lo serás nunca... quiero decirte que en ésta o en cualquier otra vida nos vamos a encontrar y estaremos juntos, para hacer esa historia de cuento de hadas que tanto querías; después de ti, no creo en ninguna de ellas. 
Tengo tantas ganas de arrancarme el corazón y dejar de pensarte hasta con el aliento, que con gusto hubiese entregado desde hace años mi cuerpo, con tal de no volver a sentirte respirando en mi cuello y darme cuenta que ya no estás ahí.
Así que ésta noche, como en innumerables noches pasadas, quiero que mi piel deje de recordar lo que es tenerte sobre ella, que mis uñas olviden tu espalda y, mi lengua, tu labio inferior, porque para ambos ese era el amor en la más simple presentación, no necesitábamos más.
Nunca tendré tan de cerca un amor tan simple y efímero como el nuestro; nunca más volveré a desear a alguien con el fervor con el que te deseaba a ti. Cada  roce de tu cuerpo con el mío, era el infinito. Por esa mirada verde, muchas palabras se estancaban en mi paladar y regresaban a mi garganta con el más nulo de los sentidos. Si eso no era amor, entonces no lo conozco.
Hoy, que me haces falta y estoy sola, que ansío con cada célula de mi cuerpo ese toque lascivo que me hacía perder el control, me doy cuenta que no sólo era tu mirada verde o tus besos lujuriosos, sino que, eran los huevos con mermelada y el café amargo cada mañana lo que me hacía sentir el universo en la punta de los dedos cada vez que te tocaba. 
Te extraño tanto que a veces el dolor me aturde y se me nubla la vista de tantos recuerdos, mis lágrimas no sólo desbordan soledad, te desbordan a ti, desbordan nuestra levedad, nuestro cuerpo y lo que nos hace ser. 
En alguna vida, no sé cuando, no sé como, pero te voy a encontrar, porque mi alma sin ti no es más que otro fantasma errante que busca desesperadamente un ser a quién pertenecer y, si de algo estoy cierta, es que ese eres tú. 

viernes, 30 de enero de 2015

All I Need

"Our love was made for movie screens" Kodaline.
Básica y fundamentalmente, escribo esto para hacerme sentir mejor.
He pensando en como el amor es tan efímero que cuando lo tienes, ni siquiera sabes que está ahí, hasta que el agujero en el pecho se hace inmenso cuando se va.
No me he enamorado de una persona en años, quizá cuatro, tal vez más, ahora mismo no estoy segura de alguna vez haber amado a alguien, porque amar se hace muy pocas veces en la vida, con exactitud, una. Quizá es porque no tengo el placer de conocer a la persona que me quitará la respiración, esa que cuando la vea sea la que me ate al piso y no la gravedad, que las leyes de Newton se vayan a la mierda, yo sólo sé que él/ella es la que me mantiene firme y elevada a la vez. No sé si la voy a conocer, quizá está tan lejos que está extrañándome sin conocerme, me siente sin sentirme, quizá sólo quizá está sentado en una cama, esperando que por alguna extraña razón aparezca frente a él como una alucinación y entonces nos revelemos uno al otro como almas que se han buscado por vidas y al fin sepa que nos pertenecemos.
Pero siendo sincera, sé que eso no va a pasar, es simplemente un pensamiento absurdo que llega a mi de vez en cuando, sobre todo cuando me siento tan sola como ahora mismo; porque ver a las personas y sus vacías sonrisas, caminando y pretendiendo que todos estamos hechos de felicidad, cuando la verdad es que no sabemos que hacer con nosotros mismos, es triste ¿verdad? Al menos a mi me pone muy mal ver como todos fingimos por nada, la vida sería más fácil si todos dijéramos la verdad. Vamos, la vida es rosa cuando ves los pequeños detalles que hay dentro de ella, nosotros somos los miserables. En especial, yo. Yo soy miserable y hago a los demás sentirse así porque es más fácil compartir mi infelicidad, que mi satisfacción.
Es un error humano...

viernes, 23 de enero de 2015

Winter twenty two

264 meses, 1056 semanas, 8030 días, 192720 horas, 11563200 minutos y  693792000 segundos. Eso en resumidas cuentas es lo que tengo en 22 años y no sé si voy a despertar en la mañana.
Probablemente sí, porque como se darán cuenta son demasiados números para una vida tan corta.
¿Por qué es motivo de celebración? No lo sé, pero hoy, puedo decir que agradezco a lo que sea que exista que me permite seguir respirando y viviendo, porque con tantos dolores en el alma, no cualquiera soporta tanto.
No doy gracias porque de verdad deba de darlas; la razón básica y fundamental es que, he podido demostrarme a mi misma que a mis veintidos años, he conocido tantos placeres, he sufrido tantos desamores, he tenido más fiestas que sueños y he sentido el infinito tocar mis dedos. No me hace falta nada, no me sobra nada, no necesito saber nada porque a mí edad ya hice lo que quise y lo que no quise también; me equivoqué y me caí, me dolió, pero al final aquí estoy, sintiéndome vieja porque creo que no hay nada más que descubrir. 
Sin embargo, cuando pongo un pie fuera de la cama, me doy cuenta que si hay, porque las personas que más me aman siguen conmigo, porque el cielo sigue azul y mis cigarrillos encendidos, mi cama sigue suave y mi iPod aún suena, es un mundo por disfrutar, un segundo, un minuto, un día, una semana, un mes, un año, una vida. 
Una vida que sin duda tiene sus más agridulces momentos que después se vuelven recuerdos y eso, eso es lo que te hace ser una persona, porque a mí me gusta recordar aquellos tiempos en los que mi margen de error era tal que me equivocaba todos los días, ahora sólo trato de hacer las cosas bien.
Tengo pocos amigos, porque los placeres más grandes, las satisfacciones, son tan pequeñas y tan significativas, que muy probablemente vas a envejecer con ellas. Así es, ahora entiendo muchas cosas que a los 15 o 18 no, porque de ahí todo pasa como una película fast motion, no hay tiempo para retroceder o detenerte, a mis 22 años el tiempo es oro, mi juventud también; aún quiero irme de fiesta y bailar como si no hubiera mañana, hasta que me duelan los pies, beber alcohol, despertar con resaca, conocer gente, enamorarme, reír, cantar, jugar, hacer estupideces porque la verdad no soy tan grande, sigo teniendo muy en el fondo aquella persona que se reía por absolutamente todo y era muy feliz; lo sentía... lo sentía en el infinito de cuando cerraba los ojos. 
Es momento de volver a buscar el infinito en ésta oscuridad tan absurda. 
¡Feliz cumpleaños! 
Love Always 
Charlie 

jueves, 8 de enero de 2015

Lost Stars

Se acabó el año y comenzó otro ¿Qué ha pasado? En realidad, nada.

Por extraño que parezca, llegué al 2015, con más penas que amores, pero estoy aquí; tratando de cambiar lo que he hecho, una y otra vez esforzándome por borrar los errores del ayer.
En mis propósitos no hay mucho más que vivir, que respirar y tratar de ser feliz, que sí lo pensamos es casi un deseo imposible de cumplir.
Así que, para cumplir todo esto, comencé por ponerme en forma, comer menos, dormir más, matar mis malos pensamientos (muy rara vez funciona) y tratar de sonreirle a la vida... eso sólo duro dos días, los demás me la he pasado pensando en cómo matarme sin que nadie lo note.
Después -como las cosas más inesperadas de la vida -un mensaje llegó. Hablar con esa persona, me ayudó a sanar cosas que seguían al aire y dolían, por más de tratar que no lo hicieran.
Sin embargo, seguía siendo tan miserable como siempre, no puedo leer y llorar al mismo tiempo, con eso mis pensamientos llegaron a la mejor solución. "Si vas a cambiar, tiene que ser desde adentro" por lo tanto, hablé con mi madre y llegamos a la conclusión de que soy infeliz porque no he encontrado algo que me haga menos infeliz, sinceramente ya olvidé como se siente sonreír de forma genuina, sin que por dentro exista un psicópata que te dice que te mates cada cinco minutos.

Ya sé que esto importa menos que un humano muerto, soy de ese tipo de personas que quita el oxígeno a los que si deberían vivir. No, no lo digo para darte lástima porque ya sería el colmo de mis peores cosas.