En un día normal me preguntaría: ¿A que hora dejo de respirar?
Pero hoy, lamentablemente no es un día normal, no soy yo, ni eres tu, ni son tus pensamientos...
Hoy hemos decidido que la segunda personalidad te domine, te ahogue. Que las mariposas se conviertan en cuervos; los cuervos en tormentas y las tormentas en huracanes, porque todos lo traemos dentro.
No todos los cambios son grandes, ni los pensamientos pequeños. No toda la muerte es fácil, ni la vida dificil...así como las mariposas y los huracanes que se juntan, como yo. Como todos.
No es que pensemos invariablemente en el dolor causado por aquel recuerdo doloroso o en esa persona que habitaba en nosotros cuando estaba sucediendo, ni tampoco es que seamos otros.
Es esa segunda persona dentro de nosotros mismos, la que hoy nos susurra, hoy nos dice, nos consume, nos azota, es ella quien al despertar se refleja en el espejo como un demonio expectante a los vagos recuerdos rotos, es ella quien está ahi.
Porque todos tenemos otra persona, esa que te habla en las noches en vela, la que al final de hacer algo malo, te felicita por el trabajo; todos la tenemos, yo la tengo.
En mi caso es más grave porque esa persona está creciendo a cada día, cada hora, cada minuto y segundo que respiro, esa persona que los quiere matar a todos por despecho, esa que te mataría a tí solo por placer.
Pero yo le pongo freno, ese demonio interno no siempre puede andar suelto, no siempre puede llorarte en el oido cuando estas dormido; no siempre puede pasearse desnudo frente a los ojos de lo niños. Ese demonio que me tiene amarrada hoy a su merced, es al que le tengo miedo, al que todos deberiamos temerle, porque hasta tu lo tienes.
Es tu conciencia comiendote los sesos de madrugada, es esta maldita enfermedad que no se contagia, no se pega, sólo se critica y se castiga...así es, así soy, así somos...
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