No debería de escribirle al aire mis sentimientos.
No debería de anhelar algo que no tengo.
No debería de sentir las ganas de querer tu cuerpo.
No debería, sin embargo, quiero.
Una parte de mi tiene la necesidad de destruirse,
De correr desesperada hasta consumirse.
Consumirse en ganas y deseos violentos,
Que lo dejen ciego de tantos sentimientos.
Devorarlo todo hasta no poder más,
Para dejarlo todo sin mirar atrás.
lunes, 31 de marzo de 2014
domingo, 30 de marzo de 2014
I wanna be yours
¿Qué es eso que me provoca choques eléctricos por todo el cuerpo? ¿Qué es eso que en múltiples ocasiones no me deja pensar? ¿Es que acaso la barrera se cayó?
En algunas ocasiones simplemente quisiera apagarlo... me da miedo poner en el juego todo y perderle de nuevo; tener que empezar a reconstruirlo como sucedió en aquel momento... no, es demasiado riesgo.
Uno que en definitiva ya no estoy segura si quiero tomar, ¿vale la pena? ¿vale el esfuerzo? No estoy segura, puede que en mi atormentada y loca cabeza, algunas cosas difusas toman forma cuando hablo con él... cuando lo leo, pero lo cierto es que la parte racional gana y me recuerda que vivo en la constante posibilidad de darme la vuelta y encontrar a mi, aún agonizante, hipotálamo, totalmente desangrado.
Recuerdo bien como se veía el fondo desde dónde yo estaba, recuerdo que éste cada vez me succionaba para tirarme dentro de él, pero por alguna extraña razón, nunca me fui completamente.
Tengo miedo de perder el control y entonces darlo todo, que duela, que se sienta, darle a alguien la oportunidad de acabar contigo es de tontos. Yo, ya no me quiero arriesgar.
Por otro lado, está esa parte que siente la insaciable necesidad de atraer su atención, de tenerlo cerca, de al menos saber que está bien, de agradarle por todos los medios. de ser lo que él quiere y más... ¿para qué? apenas y esa parte estúpida lo sabe, quiere que me deje llevar y pierda la cabeza; que cuando abra los ojos sea demasiado tarde para empezar a correr, que no huya porque esa ruta no nos va a llevar a ningún lado.
Hay días en los que le quiero tomar la palabra, echar mi corazón e hipotálamo en una caja y dársela como regalo, que si quiere puede tirarla a la basura o usarla a su conveniencia, también puede aprovecharla (aunque mi ser racional no lo cree posible)
En el fondo, me encuentro de frente al cofre de mis sentimientos, a la bóveda, a lo que me separa de todos, y le digo que no quiero dejarlo escapar, que si tal vez recuerda todo lo que sufrimos cuando entregamos lo que ahora está enjaulado. Me responde que si, que aún le duele haber sufrido tanto por nada, aún reconstruye todo lo que en ese momento se rompió, que sin embargo está listo, quiere salir de nuevo a pasear; que la luz inunde a las pequeñas siluetas al rededor de mi pecho; que es momento de dejar de sentir miedo; que las probabilidades de salir malherido son altas, pero que es el momento... Después de tanto, dejar pasar una oportunidad así podría marcar la diferencia, sin embargo, el miedo es bastante y pedirle a una persona estar con un ser humano tan roto como yo, no es algo que se logré tan fácil. No soy capaz de arruinar más vidas que la mía; los rotos nos quedamos en
la basura, aunque queramos con todas nuestras fuerzas tener a alguien a quien pertenecerle.
la basura, aunque queramos con todas nuestras fuerzas tener a alguien a quien pertenecerle.
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